miércoles, 25 de febrero de 2015

¿SE APRENDE MÁS AL FORMALIZAR EL APRENDIZAJE? Por Simon Broek


No puedo resisitirme a difundir la siguiente reflexión:

Fuente: http://ec.europa.eu/epale/es/blog/do-we-actually-learn-more-formalising-learning




"¿Se aprende más al formalizar el aprendizaje?

06/02/2015

Quisiera presentar una observación crítica sobre la distinción entre aprendizaje formal, no formal e informal. La cuestión no se refiere tanto a la distinción en sí, la cual además es discutible, sino a la tendencia que hay de formalizar aquello que es no formal e informal.
En ocasiones aquello que es objeto de formalización se viene abajo cuanto uno trata de formalizarlo y definirlo. Como ejemplo podemos tomar una obra de arte conmovedora o una obra de teatro inspiradora. ¿Somos capaces de expresar con palabras lo que se ha plasmado sobre el lienzo o el escenario? Estas representaciones pueden resultar menos bellas, valiosas, estimulantes y significativas al describirlas con palabras. De hecho nunca he visto a nadie llorar al leer la sinopsis de una ópera o la solapa de un libro.
No entraré ahora en este debate filosófico —quien esté interesado en el tema puede buscar en Google a Hans-Georg Gadamer—, pero lo mismo es aplicable al aprendizaje. ¿Es posible plasmar en palabras lo que los alumnos han aprendido? Seguramente no sea posible (en esto estaremos todos de acuerdo), y sin embargo no cejamos en el empeño de formalizar y definir el aprendizaje.
¿Formal, no formal e informal? ¿En qué consiste la diferencia?
Primero repasemos la terminología. En el Memorándum sobre el aprendizaje permanente de la Comisión Europea (CE, 2000) se diferencia del modo siguiente:
  • El aprendizaje formal ofrece diplomas y cualificaciones reconocidos. El aprendizaje de adultos formal se ofrece en instituciones educativas públicas para jóvenes, instituciones públicas específicas para adultos, ‑organizaciones no gubernamentales, espacios comunitarios y proveedores comerciales.
  • El aprendizaje no formal no suele conllevar la concesión de certificados formalizados. El aprendizaje de adultos no formal se ofrece en distintos entornos, como instituciones de educación formal y una amplia gama de organizaciones ‑no gubernamentales ‑sin ánimo de lucro, como por ejemplo las organizaciones de la sociedad civil. Sus espacios de aprendizaje son: instituciones educativas como colegios, facultades y universidades; institutos de enseñanza superior, asociaciones educativas, universidades populares, centros asociados a la iglesia, los sindicatos, instituciones pertenecientes a partidos políticos y asociadas a cámaras de comercio, asociaciones profesionales, empresas, asociaciones de empresarios, y empresas dedicadas a la formación y educación comercial; espacios pertenecientes a organizaciones de la sociedad civil; museos y bibliotecas públicas y privadas; centros comunitarios, culturales y de ocio. El aprendizaje de adultos no formal también se ofrece mediante la educación a distancia, los medios de comunicación virtuales y un largo etcétera de formatos.
  • El aprendizaje informal está muy ligado a la vida diaria. A diferencia del formal y el no formal, el informal no tiene por qué suponer un aprendizaje intencionado y por lo tanto puede que los propios beneficiarios ni siquiera sean conscientes de estar ampliando sus conocimientos y capacidades.
Tendencias hacia la formalización del aprendizaje
Existe una tendencia hacia la formalización del aprendizaje. Cabe destacar por encima de todo el establecimiento de marcos de cualificaciones y sistemas de reconocimiento de conocimientos previos. Ambas iniciativas se basan en la idea de que el aprendizaje puede describirse en función de sus resultados.
Ese planteamiento centrado en los resultados no es reprobable, en principio, pues permite aclarar qué se aprende —como aproximación—, sirve para centrar el desarrollo de los programas de aprendizaje y permite reconocer conocimientos previos conforme a estándares acordados.
Pero cabe preguntarse si con la formalización se consigue que se aprenda más.
La duda estriba en que, al hacer hincapié en el aprendizaje definible en términos de resultados, suele pasarse por alto que buena parte del aprendizaje es indefinible, y ello conduce a conformar una idea limitada del aprendizaje.
Lo inmaterial también cuenta. Tras lo expuesto podría pensarse que lo ideal sería actuar en el sentido contrario. Si lo que de verdad queremos es integrar el aprendizaje y la vida, quizás debiéramos poner menos empeño en el proceso de formalización, esto es, lograr que los entornos en los que se desarrollan la vida y el trabajo sean entornos de aprendizaje sin que los alumnos sean conscientes de estar adquiriendo nuevos conocimientos, capacidades y competencias.
Si se lograse, podríamos aprender más y continuamente, incluso aunque ese aprendizaje no esté definido de acuerdo con los resultados de aprendizaje formalizados.
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Simon Broek ha participado en varios proyectos de investigación europeos dedicados a temas de educación, mercado de trabajo y seguros. Ha sido asesor de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y diversos organismos europeos sobre temas relacionados con las políticas en materia de educación, aprendizaje a lo largo de la vida y mercado de trabajo. Además, es socio directivo del Instituto Ockham de Apoyo a Políticas."

lunes, 23 de febrero de 2015

DESARROLLO VERSUS FORMACIÓN



  1. Históricamente hemos aislado el conocimiento en el aula, atándolo exclusivamente a la persona, sin hacer hincapié en el valor de este conocimiento para el grupo, para la organización, o para entornos no formales de aprendizaje.
    En mi opinión, lo que se hace necesario es cambiar las directrices, no sólo de las estructuras que trabajamos como unidades de formación, hay que trabajar en la organización, para poder hablar  de desarrollo y no sólo de formación. Dotando de importancia a este desarrollo.
    El desarrollo profesional que tenga el foco de atención sobre las necesidades personales y de la organización y sobre las condiciones laborales favorables. Entre estas necesidades: empleados que pueden compartir sus valores, intereses y conocimientos, que pueden desarrollarse, mediante planes de desarrollo individualizados o consejería profesional individualizada. Necesidades como la formación continua en destrezas técnicas, planes de retornos de matrículas en gastos formativas y / o educativas, evaluación del desempeño, programas de mentores, programas de planeamiento de sucesiones, curación de contenidos, espacios colaborativos con reconocimiento y actualizaciones en todos los aspectos para el mejor conocimiento de la organización.

    Un conjunto de elementos, indivisibles, que hagan sentir vivos, aprendices, útiles y necesarios a los empleados en toda su carrera profesional.